jueves, 21 de mayo de 2015

De Cortéz a Durango: Mesa Verde, un hogar bajo la roca.

Rodada 2015. Día 5. 132 kilómetros.

Como todos los días, desayunamos en el hotel, instalamos el GPS en la moto, guardamos nuestras alforjas y partimos con rumbo a nuestro siguiente destino.

El Parque Nacional de Mesa Verde, Colorado, resguarda las construcciones de los anasazi, un pueblo que habitó el lugar entre los años 500 y 1280 d.C. De los 4,500 sitios arqueológicos que hay en el parque, la construcción más grande y mejor conservada es el Palacio del Acantilado, una aldea alojada dentro de una cueva en la pared del cañón. Edificios bien trazados, construidos con una especie de ladrillos de arena comprimida, que contienen unos 130 cuartos y ocho espacios ceremoniales llamados kivas. Se cree que vivían ahí unas 100 personas que hacia 1275 abandonaron el lugar sin que hoy se sepa por qué. Es sorprendente imaginar cómo, antes del descubrimiento de América, mientras Europa vivía la plena Edad Media, los anasazi usaron la naturaleza a su favor haciendo de las paredes de un acantilado su hogar.

Comunidades de piedra erigidas bajo los riscos protectores de un cañón. Durante 700 años los anasazi vivieron bajo la roca y escribieron su historia en ella.

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