miércoles, 20 de mayo de 2015

De Page a Cortéz: Monument Valley.

Rodada 2015. Día 4. 374 kilómetros.

Salimos temprano de Page y después de unas tres horas de camino nos detenemos en el Monument Valley Navajo Tribal Park (Tse’Bii’Ndzisgaii) el cual, se dice, es “el lugar más fotografiado de los Estados Unidos”.

Ubicado en territorio navajo, en la frontera entre Arizona y Utah, es un inmenso valle de tierra roja del que emergen unas extrañísimas formas de roca, de distintas alturas y formas. Aisladas entre sí, algunas parecen paredes y otras, torres. Además de monumental, el lugar es misterioso porque es imposible no preguntarse cómo se hicieron esas formaciones. Y aunque hay varias explicaciones, ninguna me convence. Así que preferimos disfrutar del paisaje sin hacernos más preguntas.

La entrada al Monument Valley está unos kilómetros al norte de Kayenta, Arizona. Por estar ubicado en territorio navajo, el pase anual de entrada a los parques nacionales no es válido y hay que pagar la cuota especificada en las casetas de cobro. Una vez hecho lo anterior, nos detenemos en el Centro de Visitantes, desde donde se tiene una vista privilegiada de tres famosas formaciones. Una se llama Merrick Butte y las otras dos, East and West Mitten Buttes.

En el Centro de Visitantes también hay un lugar llamado “El punto de los fotógrafos” (Photographer’s Point), que era el emplazamiento favorito de importantes artistas como Ansel Adams y Kendrick James. Hay otro lugar que, se dice, era el favorito de John Wayne. Y es que Monument Valley ha sido escenario de innumerables filmes desde 1939, cuando John Ford filmó ahí La diligencia (Stagecoach).
Desde el Centro de Visitantes se puede contratar con los navajo un recorrido en vehículo de doble tracción, por los caminos que se adentran al valle. Nosotros no lo hacemos. Como ya son casi las dos de la tarde, aprovechamos para comer en el restaurante que ofrece tradicional comida navajo. Mi esposo pide “posole” (así, con “s”) y yo, un taco navajo. El “posole” navajo es idéntico al pozole mexicano, quizá un poco más ligero. La diferencia es que en lugar de acompañarlo con tortillas tostadas (como en México) lo hacen con frybread o pan frito (una “tortilla” de harina frita en aceite, muy similar a un buñuelo) y miel. En cuanto al “taco navajo” no tiene nada que ver con un taco mexicano; se parece más a una pizza o a un sope redondo, donde la base es un pan frito que arriba lleva frijoles, carne, lechuga y queso rallado.

Después de la comida remprendemos el viaje con rumbo a Cortéz, Colorado. Todavía dentro del parque vemos un hotel de casi cien habitaciones cuya construcción se mimetiza con la tierra roja. Pertenece a los navajo y es administrado por ellos.

Fuera del parque el paisaje sigue presentando formas similares a las de Monument Valley aunque cada vez menos espectaculares. A alguien le pareció que una de esas formas se parecía a un sombrero de charro y la llamó Mexican Hat, de modo que el pequeño poblado que está junto también se llama Sombrero Mexicano (Utah).

Hemos encontrado muchos ciclistas y motociclistas en las carreteras, pero cerca de Sombrero Mexicano vemos un vehículo que es como un triciclo con vela, distinto a todos los demás.

Hacia las cinco de la tarde llegamos a Cortéz, Colorado. Una vez instalados en el hotel, salimos a caminar y descubrimos que Cortéz se llama así en alusión a Hernán Cortés y que es una población fundada hacia 1886 que conserva dos o tres edificios de principios del siglo XX.

No hay comentarios:

Publicar un comentario